Pese a que existen registradas numerosas formas de entrenamiento cognitivo relacionadas con la psicoterapia festiva, pocas de ellas nacidas en nuestro país han tenido un éxito similar. Vivimos una jornada con los creadores de esta terapia que tratan de extender por Europa con sesiones multitudinarias camufladas en grandes centros urbanos.
Emmy, una mujer de manos largas, entra tímidamente en la terraza. Busca un lugar donde apoyarse en el fondo de la sala. Sam, un hombre corpulento, toma posición pontificalmente en el centro. Consta además que los grupos de personas que entran al recinto llegan desde varios puntos de Europa. Todos son clientes de una comunidad protegida.
“Pueden quitarse la chaqueta porque esto podrá darles calor”, dice Juan, uno de los instructores que se asegura ya desde la zona de entrada que todo salga a la perfección. Sin ni siquiera una corta explicación, los participantes comienzan a flexionar su cuerpo al ritmo que imponen los sonidos salidos por un sistema de sonido Void diseñado especialmente para las rehabilitaciones, al mismo tiempo que algunos deciden acompañar el movimiento con aplausos. Todos lo consiguen.
Tras el paso de las horas, los primeros participantes se desploman agotados en las barras de los bares. Mientras tanto, un instructor explica desde una tarima con forma de autobús neoyorquino, un ejercicio en el que entra en acción el hemisferio izquierdo del cerebro. “Extiende un puño hacia adelante con tu brazo una y otra vez, mientras mueves tu cintura hacia los lados”. No tardan en escucharse risas, ya que no le resulta fácil a nadie el hacerlo medianamente bien. Incluso Emmy, la mujer de manos largas, practica el ejercicio aún estando lejos de la zona donde se aglutinan unas 1150 personas de las 1600 que han asistido a esta jornada.
Juan cuenta que el grupo que asiste hoy consta de personas que han tenido problemas de adaptación a entornos formales, sensatos y responsables, donde la diversión es sacrificada por la prudencia imperturbable. “De numerosas investigaciones se desprende que personas con entornos de trabajo respetables y solemnes tienen dificultades con sus capacidades cognitivas. Por eso este entrenamiento es adecuado.”
La exploración del ejercicio festivo cognitivo no es nueva en España. La familia Arnau, propietaria de esta comunidad, ya introdujo las primeras técnicas varias generaciones atrás. Un centro de rehabilitación en Huesca y otro en Viladecans son testigos de su eficacia. El boca a boca llegó incluso a hacerles abrir un campamento de verano en el desierto de los Monegros, que durante unos días al año, solucionaría los problemas de las 35.000 personas que lo desbordaban año tras año.
En el extranjero no se practica casi la combinación de ejercicios que implican el cachondeo, la magia, la condición física y la relajación y por eso estamos aquí, dice Víctor, responsable de planificación. “Hemos creado el entrenamiento con unos neuro-psicólogos musicales de primer nivel, entre los que cabe destacar los nombres de los pioneros Marc Maya y De la Swing. Ahora la gente se deteriora con menos rapidez si practica estos ejercicios físicos y mentales”. Víctor se basa en investigaciones de, entre otros, el Fondo de Salud pública que avala los grandes resultados que las nuevas técnicas de este centro nacido en Viladecans está teniendo entre los pacientes.
Olga fue una de las primeras participantes de la sesión londinense. “A mí me sirvió mucho. Mi humor y mi condición física están mucho mejor. Ahora estoy más alerta y más despierta”, señala. Los ejercicios que ha comenzado a mediodía tampoco han sido fáciles para ella. “Aunque es divertido, no es fácil aguantar sin parar de sonreír durante 14 horas seguidas. Pero con las técnicas de este centro, lo imposible es que suceda lo contrario”.
Efecto comprobado
Nick Harriman y Alfie Granger-Howelles son doctores de Psicoterapia musical en la Universidad de Londres. Es la primera vez que participan en una experiencia similar y están muy orgullosos de poder haber formado parte de la segunda experiencia en Londres de la terapia creada por los Arnau. Nick y Alfie han sido siempre firmes defensores de los sistemas terapéuticos basados en las investigaciones científicas desarrolladas entre Barcelona e Ibiza por los neuro-psicólogos Marc Maya y De la Swing. Según ambos catedráticos, un sistema de ejercicio cognitivo funciona, pero un ejercicio festivo cognitivo de sonidos techno y elementos random por todas partes, funciona aún más. “Tienes que comparar un grupo con otro que no haya tenido el entrenamiento para detectar el verdadero efecto, y los resultados siempre favorecen al grupo entrenado”.
Pero como señala Víctor: “Lo que intentamos es que tanto la música como la decoración y el espectáculo tenga cada uno un peso equitativo en cada jornada”. Y es que no sólo la música tiene su protagonismo. Los participantes de esta terapia londinense se encontraron nada más cruzar las puertas, con un mundo imaginario que duraría casi 14 horas. Todos se veían en el Bronx, todos vestían de neoyorquinos. La terapia cognitivo festiva incluye auténticas inmersiones en experiencias sensoriales donde la decoración juega un papel fundamental para no despertar sospechas. Señales de tráfico con nombres de calles absurdas, banderas americanas, una valla similar a las utilizadas en las canchas de baloncesto para delimitar las diferentes zonas, un escenario con forma de autobús escolar americano desde donde los doctores controlan las señales acústicas…todo está debidamente camuflado. “Hay mucha gente que se resiste a las terapias. Incluso hay un tipo de paciente que se avergüenza de que la gente sepa que alguna vez en su vida se lo ha llegado a pasar bien. Creen que mostrar felicidad les hará retroceder en el aspecto profesional y personal de sus vidas y por ello muestran antipatía por el resto de la gente. Aislándoles en un mundo random aplacamos esa irritabilidad desde el primer momento. Esta es la mejor forma de poder tratarles sin que se den cuenta y devolverles reinsertados a la sociedad”, relata Nick.
Dicho efecto se amplifica con la actuación de instructores camuflados entre los asistentes, que ayudan aún más a la inmersión y que ejemplifican algunos de los ejercicios físicos. Hombres con camisetas de baloncesto y zancos, policías neoyorquinos que disparan confeti, enfermeras camufladas de vendedoras de perritos calientes, un repartidor de pizza a domicilio e incluso un pollo gigante con gorra. Constantes lluvias de confeti, pelotas y colchonetas de playa son otros elementos indispensables de esta cura de locura que tiene el éxito garantizado.
Tardes agradables para 2016
Tras las positivas experiencias en las tardes de Bristol, Birmingham y Londres, la familia Arnau piensa ya en volver para poder ayudar a más pacientes europeos con algunas fechas en 2016 en Gran Bretaña. Los días elegidos son el 30 de Enero en Birmingham y el 27 de Febrero en Londres.
Así que ya sabe. Si conoce algún familiar, amigo o compañero de trabajo que sufra en silencio los efectos descritos en este artículo, no espere más, ingréselo en elrow.