La artista canadiense Merrill Beth Nisker, más conocida como Peaches, demostró el pasado viernes que a sus 50 años, aún continúa en plena forma. La sala Joy Eslava fue testigo de un concierto excepcional de tono creciente, con regalo añadido en forma de Black Cracker. Hablamos del prometedor artista berlinés que actuó como telonero para el numeroso público que se apiñó en las dos plantas del teatro para no perderse detalle.
Acompañada por un bailarín y una bailarina con cambios de vestuario casi equiparables a los de la cantante, Peaches interpretó lo mejor de su repertorio como la auténtica estrella que es: coreografías, performances, salto al público,… Todo caracterizado por su peculiar sentido del humor, sus actitudes provocativas y sus continuas referencias sexuales que hicieron las delicias del público, entregado en cuerpo y alma bailando, cantando y sin parar de sonreír.
Por su parte, siguiendo con su metáfora del show como acto sexual, el momento más álgido de la noche llegó con su actuación en el interior de un hinchable de forma fálica que hizo que el público enloqueciera e intentara acaparar el momento con sus dispositivos.
Otro evento para nuestra memoria organizado por la productora Giradiscos, que en los últimos meses no ha acercado otras propuestas tan interesantes como ésta a la capital y a otros puntos de España.