El Festival de Arte Visual Digital y Tecnologías Contemporáneas MADATAC atrajo como cada Enero desde hace 9 años a algunos de los exponentes más vanguardistas en cuanto a directo AV se refiere. Manteniendo la calidad de su anterior edición, pudimos disfrutar del concierto audiovisual del madrileño Boris Divider y el japonés Tatsuru Arai, que hicieron las delicias de los presentes en el Auditorio del Centro Cultural Conde Duque.
Boris Divider, productor activo de la capital desde 1992, es uno de los referentes de la música electrónica made in Spain. Con raíces en el electro, su carrera, siempre orientada al directo, ha ido evolucionando hasta centrarse en los últimos años en una electrónica minimalista más relacionada con el avant-garde, aunque sin perder la esencia de sus ritmos.
Con Artificial Domain, su proyecto centrado en la electrónica más vanguardista y en los trabajos audiovisuales, ha trascendido de clubs y festivales a museos y espacios artísticos. Así lo pudimos comprobar hace dos años en otra de sus actuaciones más especiales en el Círculo de Bellas Artes.
El directo audiovisual ‘Data-Perform’ que presentó en MADATAC se engloba dentro de este proyecto. El artista ofreció una sucesión de ritmos minimalistas mediante sonidos mecánicos que nos recordaban al sonido logrado por el sello Raster. Visuales creados por él mismo acompañaban estratégicamente el desarrollo sonoro de la actuación. Con estética y sonoridad informática, los gráficos por ordenador y las secuencias de números y funciones nos invitaban a reflexionar sobre la abundancia de plástico que genera el ser humano. Algo de lo que debemos ser conscientes.
Por su parte, el nipón Tatsuru Arai llegó a MADATAC con ‘Matters-ton’, proyecto lanzado a través de Hyper Serial Music, concepto bajo el que engloba sus instalaciones y directos más experimentales, en los que conjuga la música electrónica con la innovación tecnológica, es decir, la inteligencia humana con la inteligencia artificial. La actuación se basó en gráficos que lanzaba en directo. Una experiencia casi espacial gracias al juego de planos y dimensiones de imagen y sonido.
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