Aunque el equinoccio otoñal despide el verano el 22 de septiembre, desde hace algo más de 20 años La Terrrazza determina el inicio y final de la sensación estival en Barcelona con unos cuantos días extraordinarios de regalo. Este año nos han ofrecido 57 mágicas noches. Su principal encantamiento usa la música y la naturaleza para conectar en armonía electroduendes de cualquier clase y especie que allí se congreguen desde media noche hasta el último beat del amanecer.
El día escogido para este año era el 11 de octubre y el dúo Audiofly como invitado de honor junto con los #rrresidentes Saulo Pisa y Turko para poner broche final a esta gran temporada en la que han participado más de 200 artistas de la vanguardia electrónica.
Víspera de festivo, la noche no podía comenzar de mejor manera que por la tarde y en la vermuteria Olivia. Además, se celebraba su segundo aniversario y nos recibieron de platos abiertos con un delicioso aperitivo y los dj´s habituales de la casa desfilando a sus anchas por la cabina. Mientras la anfitriona en la Olivia ponía la última canción, en La Terrrazza Saulo Pisa se disponía a lanzar la primera como preludio de una gran noche.
Así que sin perder ni un minuto, dimos un corto y agradable paseo hasta el Poble Espanyol. En lo más profundo de este se encuentra Can Son Berga, una impresionante masía baleárica reconvertida en un auténtico club openair. Con la ciudad de Barcelona a sus pies y frente el monasterio de Sant Miquel, es el único club de Barcelona donde puedes bailar en su pista con el cielo y las estrellas como techo mientras arboles y plantas corren por las paredes.
La primera parte de la velada Turko y Saulo demostraron por qué son #rrresidentes y a base de un deep house fresco, orgánico y contundente avenirse con el público e impulsarlo al éxtasis sin aviso alguno. Los coloridos visuales generados en directo por Dani y proyectados en lugares estratégicos aceleraron este proceso. Así dejaron la pista a Audiofly, repleta de electroduendes gozando la dulce locura. Anthony Middleton y Luca Saporito no dieron tregua y exprimieron la intensidad de la pista hasta el final, el cual aderezaron con melodías más emotivas y hits que descansan ya en nuestra memoria y en la historia de La Terrazza. ¡Hasta el próximo “solsticio de mayo”!