Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo, dueto francés más conocido como Daft Punk, demuestra en sus apariciones un consolidado género de música electrónica acompañado de una imagen corporativa absolutamente intrínseca e icónica.
Los franceses se estrenan en el año 1993. Tiempo después, en esta primera etapa, comienzan a ocultar sus rostros con máscaras y antifaces. Y es que, la estética actual no tienen nada que ver con la de sus inicios. Más tarde se reinventan, construyendo una imagen perdurable hasta la actualidad. En 2001 ya hacen sus primeras actuaciones y apariciones públicas transformados en robots.
Hablar de Daft Punk es hablar de estética y de imagen, pero no debemos de olvidar que la pareja francesa también destaca por sus producciones. Explotan al máximo un género que nace del sintetizador en Francia, el french house. Y ellos, sus padres. Aunque su música también bebe de otros géneros como el house, el rock electrónico y el funk.
El responsable de la nueva imagen del grupo es Tony Gardner, maquillador y diseñador de efectos especiales en cine. Él se encarga del diseño de los primeros conjuntos estilísticos de los artistas. Enfundados en cascos con LED y trajes con guantes futuristas, su aparición marca un estilo y una imagen, un antes y un después.
Sin embargo, esta imagen, sorprendentemente, no nace con Daft Punk. Anteriormente la banda de música electrónica nacida en 1995 The Moog Cookbook, aparece con una vestimenta similar. Daft Punk no cree importante mostrar el rostro, porque la música ya lo dice todo. Por eso, quedan perpetuados en la idea de disfrazar de robot con aspecto futurista ese french house, el sonido del futuro. Esta banda acabará siendo su principal referencia en su novedosa estética.
En 2006 se estrena un film escrito y dirigido por la propia banda. Se llama “Electroma”. Se trata de un metraje puramente visual que cuenta una historia sin argumento. Una andadura por un mundo en el que sus habitantes no son seres humanos, sino criaturas de otro planeta parecido al nuestro. Criaturas vestidas con trajes, guantes y cascos. Un mundo onírico.
En la última década, la estética de Daft Punk crece hasta el punto en el que las editoriales más prestigiosas de moda, como Vogue, publican artículos relacionados con el dueto. En Vogue Estados Unidos por ejemplo, producen un fashion shoot donde aparecen junto a la supermodelo Karlie Kloss.
Pero no solo el sector editorial los ha puesto en el punto de mira. Varias campañas de publicidad han sido invadidas por su imagen, o animadas por sus canciones, o ambos casos. Asimismo, han colaborado en varios spots para marcas como Gap o Sony Ericsson.
Y como no podía ser de otra manera, grandes diseñadores de la alta costura han querido ser testigos y partícipes de su apariencia. En 2013, el diseñador Hedi Slimane de la firma Saint Laurent Paris diseña los trajes se utilizan para el estreno del uno de sus álbumes más populares: Discovery.
Por otro lado, los robots de Daft Punk también son objeto de admiración. Artistas del mundo de la música, como David Bowie, homenajean a la pareja adquiriendo un vestuario similar. Así es como el artista británico sorprende en los Music Week Awards en 2014.
En denitiva, Daft Punk representa un espectáculo que sólo por su música ya es único e incomparable. Sin embargo, esta sensación aumenta cuando todo se tiñe de una dirección artística que se queda grabada en la retina de cualquiera, incluso para quienes no son fans de los mismos.
A raíz del dilema imagen-sonido es inevitable que surjan las dicotomías. Son muchos los músicos de la cultura underground, quienes preeren prescindir de estéticas demasiado extravagantes, quizá por miedo a que la imagen reste protagonismo al sonido. Otros, como Daft Punk, prefieren hacer uso de estilismos transgresores a fin de evitar una muestra de sus rostros, pues no es tan importante quien lo hace sino el resultado final. Como vemos, hacer uso de corporaciones estrambóticas para unos es algo positivo, mientras que para otros no tanto.
Lo que es indiscutible, es que Daft Punk representa y es un icono de nuestro tiempo. Quien los escucha reconoce sus sonidos, y quien los ve, reconoce quienes son. Se ponen el casco, suben a la cabina y… Daft Punk.