El arte urbano se ha convertido en una de las mejores formas para canalizar las frustraciones y preocupaciones de la sociedad en la que vivimos.
Cada vez son más los artistas callejeros que ayudan a sensibilizar a la población mundial sobre la grave situación a la que se enfrenta nuestro planeta.
El planeta lleva varias décadas avisándonos de que algo no marcha bien. El paso de los años ha hecho más evidentes estos avisos, y si no cambiamos radicalmente nuestra forma de vida y de relacionarnos con el planeta podremos alcanzar un punto de no retorno.
El cambio climático no es solo una cuestión medioambiental, política o socioeconómica, sino también cultural. Un problema que nos afecta a todos, y cuya solución parte de la cooperación entre varios agentes.
Una parte destacable del arte contemporáneo sirve de catalizador de las preocupaciones sociales del momento. Por eso no es extraño que las temáticas medioambientales tengan cada año más presencia en las ferias más importantes como ARCO, la Bienal de Venecia o Art Basel.
Los creadores plásticos y conceptuales tienen mucho que decir frente a cuestiones acuciantes como el cambio climático.
A continuación os enseñaremos algunos ejemplos de cómo la imaginación y el poder simbólico del arte puede ponerse al servicio de la sostenibilidad del planeta.